El primer día que llegue a casa de la abuela me sentía de lo más triste por mis padres, todavía podía escuchar cómo se gritaban uno al otro, mi abuela, quien siempre me ha querido mucho, me llevo hacia su cuarto, donde había un cofre con algo de polvo encima, como si no lo hubieran tocado en muchos años, la abuela abrió el cofre y dentro de él se encontraban muchas chucherías viejas que ya no recuerdo, pero lo que más llamo mi atención, fue que la abuela del fondo del sarcófago saco un muñeco muy extraño, era la figura de un payaso, pero este tenía algunas deformidades, como que su cuello era mucho más largo de lo normal, y su cuerpo era redondo de la parte de abajo, no daba un aspecto gracioso, si no llamativo, pero lo que más me llamo la atención fue esa sonrisa que tenía en su cara, una cara completamente pálida, con ojos pequeños y negros, hasta podías observar tu propio reflejo en ellos, labios remarcados con pintura roja muy finamente alrededor de ellos, la abuela me lo quiso obsequiar como un compañero para no sentirme solo, al principio lo acepte con gusto, ya que me parecía un juguete bastante divertido con esa forma de pino que tenia, sin embargo, las cosas se vieron bastante feas esa noche.
Al siguiente día, le dije a mi abuela sobre el problema de Flappy, entonces ella extrañada, lo tomo y se lo llevo a revisarlo para ver cuál era el problema, yo espere en la sala nervioso por ese molesto sonido, y sin darme cuenta, ese chillido volvió a sonar, ahora era más bien el chillido de una señora llorando desesperadamente, gritando de forma desgarradora, en ese momento solo me tape los oidos eh intente no pensar en ese sonido, de pronto, La abuela estaba bajando las escaleras lentamente, paso por paso, y estaba pálida, más de lo que una persona sin haber comido por días debería estar, la abuela se me acerco lentamente y de repente intento estrangularme violentamente, me levanto del suelo y empezó a presionar mi garganta, casi me rompe el cuello mientras me levantaba, me gritaba obscenidades y maldiciones, seguido escuche como gritaba desesperadamente, me soltó y rompió el cristal de un viejo reloj que tenia, y con los cristales, se saco los ojos mientras estos le chorreaban sangre por todas partes, se corto la quijada desde las mejillas dándole una aspecto cadavérico impactante, luego se tiro al suelo y empezó a azotar su cabeza violentamente una y otra vez contra el suelo, primero vi como se rompía sus propios dientes, luego su nariz, luego su cráneo, y falleció desangrada en el suelo de su propia sala, en ese momento yo estaba en estado de shock, después de presenciar aquel acto satánico de sangre, solo me quedo quedarme parado observando el cuerpo de la abuela, entonces solamente subí las escaleras, tome a aquel muñeco y salí caminando de la casa tranquilamente, no llore y ni siquiera produje sonido alguno, solo camine lejos de ese lugar